“Cuéntame un cuento…

Pero que sea educativo, de los que te enseñan algo importante y aprendes.” Iris esta tarde, en la bañera. (9 años)

Hoy le he contado a Iris el principio de la historia de Ada Lovelace. Y digo el principio porque nos pasa, que a veces compartimos las historias a cachos, como en los libros: que los cojes un ratito, y sigues luego. Y es que desde que Iris era pequeña hemos compartido historias. Ya le hablaba cuando estaba dentro de mi. Y desde antes de que ella me hablara, comencé a leerle cuentos y lecturas rimadas. Nos encantaban las de Peca y Lino. 

Creo que todas las madres lo hacemos: contamos historias a nuestros hijos y les cantamos y les leemos cuentos. Pero había algo que yo comencé a echar en falta: cuentos sobre historias en las que la protagonista utilizara la Ciencia para resolver un problema. Y esa necesidad dio lugar a que comenzara a contarle mis propios cuentos, y a que comenzara un proyecto para compartirlos con otras familias, que dio lugar a otro proyecto que se llamó Los Gatos con Batas, y que con el tiempo de la mano de las historias de las científicas del juego gratuito “¿Quién es ella?” me ha traído hasta aquí. 

En este sitio encontrarás buenas historias, en las que la protagonista se enfrenta a un misterio de la Naturaleza y lo resuelve con Ciencia. En esta web comienzo el proyecto “Científicas y Elementos, ¡con Experimentos!”: una serie de historias biográficas que encontrarás en mis espectáculos, talleres y experiencias online, en las que las protagonistas con su trabajo han ampliado los límites de nuestro conocimiento: el tuyo, el mío, ¡y el de todo el mundo! Ellas se dedican a la Ciencia, o utilizan la Ciencia en su trabajo, y son las heroínas de nuestra Historia. Ellas son como tú y como yo: muy curiosas. Y no han perdido nunca esa llama, esa chispa, esas ganas de saber más. En las historias que te cuento además descubrirás su fortaleza, su capacidad de esfuerzo, su generosidad y su resiliencia. Y cómo utilizando sus debilidades y sus fortalezas lograron cambiar nuestro mundo. Además, de la mano de sus historias te presentaré siempre algún elemento del Cosmos: al menos uno nuevo, y normalmente encontrarás tres en cada capítulo.

Algo que me ha enseñado mi hija Iris es que cuando nos encontramos mal no necesitamos un consejo: necesitamos una historia, una buena historia. Y es que las buenas historias nos ayudan a relajarnos, nos transportan, nos permiten evadirnos de nuestros problemas por unos minutos, para escuchar los graves problemas de sus protagonistas. Y claro, a su lado, nuestros problemas de repente desaparecen, o se hacen muy chiquititos y parece que ya no nos duelen tanto. Y además, nos ofrecen algo maravilloso: podemos aprender de sus errores sin tener que equivocarnos nosotras. O de sus logros, para poder replicarlos o para servirnos de inspiración para alcanzar los nuestros. 

Espero que en este blog encuentres muy buenas historias, recursos y juegos que te llenen de gozo, paz y un poquito de alegría. Y que al final de cada experiencia se te esboce una sonrisa. ¡¡¡Bienvenida!!!

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Aida Ivars

Aida Ivars Rodríguez

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